Y te preguntarás para qué sirven, para qué pensar en términos de metáforas?...
En parte para evitar ser taaaan literales. Estos recursos, que se toman prestados del lenguaje hablado, son una especie de condimento, le dan una chispa, unas pinceladas de interés e inteligencia y evitan la monotonía y la obviedad.
Nos desacomodan, nos mueven internamente y rompen con lo previsible.
Cuando percibimos una imagen, no vemos uno a uno sus componentes, vemos la totalidad, lo que nos da una impresión, una sensación global. Dentro de ese todo percibido están compositivamente los planos, las distancias, las líneas, ángulos, manchas de color, etc. y también algunos recursos semánticos como las metáforas.
Las metáforas bien pensadas nos impactan, nos sorprenden y transmiten el mensaje de la imagen con más fuerza.
¿En qué consisten?
En traer, superponer, hacer una transpolación de dos cosas que son muy diferentes, por ejemplo decimos “Juan es un pan” trayendo algo del pan que puede aplicarse a Juan, una persona bondadosa, sencilla. Esa superposición tiene una impresión afectiva mayor que si dijéramos solamente “Juan es bondadoso y sencillo”. Hay en la superposición de la metáfora, de estas dos cosas tan diferentes, aspectos comunes que se potencian y transmiten la idea con mayor fuerza.
Las metáforas no son exclusividad de las palabras, como lo prueban estos mensajes ecológicos de las campañas de WWF, Fondo Mundial para la Naturaleza.
Por eso necesitamos orquestar el pensamiento y darle lugar al sombrero verde, para salir de lo obvio, de lo común y divertirnos haciéndolo...por ejemplo en la actividad que proponemos para colaborar con EDUSOL 2009[1] y que explica hoy Pablo en el Foro Daily en la plataforma.
Un saludo! Nina
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[1] Por qué instalar no es suficiente
Día de educación y cultura libre
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